Video Rosh Hashaná o Año Nuevo Judío, 1 de Octubre de 2025

Que el sonido del shofar nos despierte y nos una en este día sagrado. Hoy celebramos Rosh Hashaná, el comienzo del año nuevo judío. No es una fiesta de fuegos artificiales ni de countdowns ruidosos, sino un momento de profunda introspección, de regreso a lo esencial, de balance del alma.Rosh Hashaná conmemora el aniversario de la creación del mundo, y más específicamente, el día en que Dios creó a Adán y a Eva, la primera humanidad. Es el cumpleaños de la humanidad, y por lo tanto, un día de juicio para toda la creación. Se le conoce como el Día del Juicio y el Día del Toque del Shofar. Pero este juicio no es un castigo lejano, es una oportunidad cercana. Es el momento de presentarnos ante el Creador y evaluar nuestras acciones, nuestras palabras y nuestros pensamientos del año que termina.Durante estos días, el saludo que nos dirigimos unos a otros está lleno de esperanza y de dulzura: Shaná Tová, que significa Un buen año. Y a menudo se completa con el deseo de ser inscritos en el Libro de la Vida: Shaná Tová Umetuká, Un buen y dulce año. Esta dulzura se materializa en nuestra mesa. Mojamos una manzana en miel, anhelando que el año que comienza esté impregnado de dulzura, de bendiciones y de prosperidad. Es un acto simple, cargado de un simbolismo poderoso: así como la manzana es redonda, que nuestro año sea completo y cíclico; así como es dulce con la miel, que nuestras experiencias sean placenteras y felices.La joya de esta celebración, el sonido que define su esencia, es el shofar. El shofar es un cuerno de carnero, un instrumento antiguo y primal. Su sonido no es una melodía, es un grito. Un grito que atraviesa el alma y que nos llama a despertar de nuestro letargo espiritual. El Rambam, Maimónides, decía que el shofar nos grita: ¡Despierten, ustedes que duermen! ¡Levántense de su sueño! Examinen sus actos y retórnanse al camino del bien.El sonido del shofar es un eco del monte Sinaí, donde el pueblo de Israel recibió la Torá. Es un recuerdo del carnero que Abraham sacrificó en lugar de su hijo Isaac, un símbolo de fe suprema y de la misericordia divina. Y es también una proclamación: anunciamos a Dios como nuestro Rey, renovando nuestra aceptación de Su reinado sobre el mundo y sobre nuestras vidas.El toque del shofar durante la plegaria de la mañana no es uno solo, sino una serie de sonidos que tienen sus propios nombres y significados. El Tekiá, un sonido largo y firme, que representa la coronación del Rey. Shevarim, tres sonidos quebrados, que se asemejan a un suspiro, al llanto del corazón arrepentido. Teruá, nueve staccatos rápidos y agudos, como un grito de alarma, un llamado de auxilio del alma. Y finalmente, de nuevo el Tekiá, largo y claro, simbolizando la esperanza, la redención y la paz final.Rosh Hashaná es el inicio de un período de diez días conocidos como los Yamim Noraim, los Días Temibles o los Días de Penitencia. Este es un viaje espiritual que comienza con la introspección de Rosh Hashaná y culmina con Yom Kippur, el Día del Perdón. Son diez días para enmendar, para pedir perdón, tanto a Dios como a nuestros semejantes. Porque no podemos esperar el perdón divino si no hemos reparado primero el daño causado a quienes nos rodean.Otro ritual poderoso es el Tashlij. Al atardecer del primer día, o del segundo si el primero cae en Shabat, caminamos hacia un cuerpo de agua corriente: un río, un arroyo, el mar. Allí, vaciamos simbólicamente nuestros bolsillos, arrojando migas de pan o pequeñas piedras al agua. Este acto representa el deseo de desprendernos de nuestros pecados, de dejar que la corriente de la vida y del arrepentimiento se los lleve, purificando nuestro corazón para comenzar de nuevo. Las palabras del profeta Miqueas resuenan en este momento: Y arrojarás a lo profundo del mar todos sus pecados.La plegaria en la sinagoga durante Rosh Hashaná es especialmente solemne y extensa. El libro de oraciones, el Majzor, contiene piyutim, poemas litúrgicos que profundizan en los temas del día. Leemos la historia del sacrificio de Isaac, un testimonio de fe que nos recuerda que Dios valora la vida y la lealtad. También leemos sobre el nacimiento milagroso de Samuel, un símbolo de esperanza y de nuevas posibilidades.En Rosh Hashaná, la plegaria central, la Amidá, incorpora tres bendiciones especiales: Maljuiot, que proclama la realeza de Dios; Zijronot, que habla de cómo Dios recuerda todas las acciones y el pacto con Su pueblo; y Shofarot, que se centra en el significado del shofar y la esperanza de la redención final.La mesa de Rosh Hashaná también está llena de otros símbolos gastronómicos. Además de la manzana con miel, se come la granada, una fruta que, según la tradición, contiene seiscientas trece semillas, el mismo número de los mandamientos de la Torá. Es un deseo de que nuestro año nuevo esté lleno de mitzvot, de buenas acciones, como las semillas de una granada. También es común la cabeza de un pescado, o de cordero, expresando el anhelo de ser cabeza y no cola, de liderar n...

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